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COMERCIO ELECTRONICO

COMERCIO ELECTRONICO

Comercio Electronico

O BIEN LLAMADO E-COMMERCE

El e-commerce o comercio electrónico es una herramienta por la cual un negocio dispone de una tienda virtual, alojada en la red, y desde donde puede vender sus productos sin necesidad que su cliente se traslade a su tienda.

El “rey del e-commerce” es una tienda de la cual, seguramente, has oído hablar. Nos estamos refiriendo a Amazon. Pero, hoy, cualquier negocio local, de tu ciudad o de tu zona puede desarrollar una plataforma de comercio electrónico y ofrecer sus productos online.

¿Para qué sirve el e-commerce?

Una tienda virtual de productos permite al negocio ampliar su espacio de influencia donde vender sus artículos. El comercio electrónico puede ser un complemento de una tienda real o simplemente, su reemplazo. Muchas personas fabrican o elaboran productos, quieren comercializarlos, pero no desean cargar con los costos fijos que significa mantener una tienda de existencia real. Por eso, podemos ver que en muchos casos los productos comercializados de manera online son más baratos que los que vemos en las tiendas reales.

Por ejemplo, una pequeña empresa familiar que elabora mermeladas y conservas artesanales puede obtener mayores niveles de ventas y mayores beneficios ofreciendo sus productos en una tienda online que a través de un negocio local con un espacio físico.

Existen empresas que se especializan en la logística para negocios con e-commerce, ya sea de entrega nacional o internacional. Estas empresas han optimizado sus operaciones de manera que el impacto de los costos de entrega del producto sea menor.

El mundo del e-commerce es muy amplio y se pueden encontrar muchos tipos distintos de modelos.

Hay 2 clasificaciones:

Una más global en función de quién vende y quién compra.

Otra con diferentes «modelos» de e-commerce.

  1. Según el perfil comercial

Cada negocio tiene un tipo de cliente al que se dirige, y en función de ello podemos clasificarlos:

B2B (Business-to-Business): empresas cuyos clientes finales son otras empresas u organizaciones. Un ejemplo podría ser una tienda de venta de materiales de construcción que se dirige a interioristas o arquitectos.

B2C (Business-to-Consumer): empresas que venden de manera directa a los consumidores finales del producto o servicio. Es el más habitual y hay miles de ejemplos de tiendas de moda, zapatos, electrónica, etc.

C2B (Consumer-to-Business): portales en los que los consumidores publican un producto o servicio y las empresas pujan por ellos. Son los clásicos portales de empleo freelance como Freelancer, Twago, Nubelo o Adtriboo.

C2C (Consumer-to-Consumer): empresa que facilita la venta de productos de unos consumidores a otros. El ejemplo más claro sería el de eBay, Wallapop o cualquier otro portal de venta de 2º mano.

  1. Según el modelo de negocio

El sector online todavía es un sector poco maduro. Los cambios tecnológicos son constantes y los nuevos negocios online que surgen atienden las nuevas necesidades creadas.

Dependiendo de cómo se generen los ingresos o de cómo se lleve a cabo el intercambio entre comprador y vendedor, se pueden dividir en:

Tienda online con productos propio: lo primero que se te habrá venido a la mente al hablar de e-commerce. Las mismas características que una tienda física pero en versión online. Ejemplo: findyourpage.com

Dropshipping: a priori, para el cliente, todo parece igual que un e-commerce normal. La diferencia es que el vendedor no envía el producto, sino que es un tercero el que lo hace. Para saber más puedes leer nuestra guía para encontrar proveedores de dropshipping.

Ventajas y desventajas de montar un e-commerce:

Ventajas

Más clientes: ni una tienda local ni una empresa con sedes en varias ciudades puede conseguir el alcance del e-commerce. La posibilidad de conseguir comprar y vender desde cualquier punto del mundo amplía el público objetivo y permite conseguir más clientes.

Sin horarios: el e-commerce no tiene horarios, mientras que rara vez hay tiendas o empresas que trabajen 24 horas al día. La web está abierta al público todo el día y el cliente puede comprar lo que quiera cuando quiera.

Menos costes: el simple hecho de no necesitar un establecimiento físico reduce los costes con respecto al negocio tradicional. Y cuando el e-commerce funciona poniendo en contacto a proveedores con compradores, ni siquiera hay gastos en producción.

Desventajas (retos)

Falta de confianza: aunque las pasarelas de pago han avanzado tanto que son tan seguras o más que un negocio físico, mucha gente sigue pensando que hay menor seguridad en la transacción económica. Esto se traduce en desconfianza. Podemos ayudar a resolverlo con un certificado SSL (https) que encripta la información transferida, y con otros sellos que transmitan esa confianza tan necesaria.

Productos o servicios “que no se pueden ni ver ni tocar”: a todos los compradores nos gusta sentir que estamos haciendo una buena inversión. Una manera de lograrlo es viendo y tocando el producto con nuestras propias manos. Esa sensación intangible se pierde en un e-commerce.

La necesidad de tener acceso a Internet: es obvio pero para poder comprar y vender se necesita un dispositivo preparado. A estas alturas la inmensa mayoría podría hacerlo pero en determinados sectores, donde el público objetivo es de mayor edad o menos «tecnológico», esto puede ser un problema.

Dificultades técnicas: cualquier tipo de emprendimiento, sea offline u online implica meterse en temas desconocidos. En el caso de un e-commerce la parte de tecnología requiere un mínimo conocimiento técnico que no todo el mundo tiene. La mejor manera de solventarlo es delegando esa parte, aunque, como es lógico, tiene un coste.

Competencia: la barrera de entrada económica para montar un e-commerce no es tan alta como un negocio físico. Eso supone mayor competencia.

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